Dios me creo como el quiso, pero me dio la oportunidad de lograr cambiar ese destino, me presento la oportunidad de poder cambiar esa creación limitada a una vida llena de soledad y monotonía, y coloco en mi corazón un vientre capaz de albergar en el no solo dos hijos sino un nieto también para que mi vida y la de mi esposo fuera distinta, fuera alegre y por sobre todas las cosas estuviera llena de compañía y que la luz de unos ojos y unas sonrisas inocentes no solo alegraran nuestro hogar sino nuestras nuestras vidas, que sus primeros pasos tomados de nuestras manos fuera el comienzo interminable de una vida matrimonial llena de esperanzas, de felicidad, de sueños que en principio parecían inalcanzables pero que luego se cumplieron gracias a que también creo niños sin padres. Hoy, ya mi Jorge Elías con 24, mi niña Isabel Cristina de 20 y mi amado nieto Diego Andrés, esos tres seres que parí desde mi corazón, han iluminado 32 años de un hermoso matrimonio, y que hoy puedo decir que valió la pena arriesgarse, vencer los temores, no escuchar a quienes nos decían que era una locura, por que si no lo hubiéramos hecho, hoy nuestro matrimonio seria como una casa sin muebles, sin una chimenea que nos diera calor en las noches frías, una vida sin sonrisas y sinsabores, una vida vacía, por eso hoy levanto mis manos al cielo para darle gracias al Señor nuestro Dios por permitirme ser a través de su decisión de quitarme la facultad de parir desde mi vientre, poder hacerlo desde mi corazón, de poder tener a mi lado a mis tres tesoros a mis dos hijos y a mi nieto, gracias Gorgo, por ser como eres por permitirme parirte todos los días y por haberme dado el regalo mas hermoso que jamás había recibido a mi amado nieto, gracias mi niña por ser siempre mi niña hermosa y tierna, y por sobre todas las cosas gracias mi amado esposo por haber permitido con tu comprensión que yo hoy también pueda celebrar este día tan hermoso.
Maracaibo, 15-5-11
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